El senador Silvio «Beto» Ovelar, tras reconocer que su hijo ingresó al Congreso debido a sus privilegios, admitió su error al aceptar la contratación y negó el nepotismo.
El senador Silvio «Beto» Ovelar se vio envuelto en una controversia tras admitir que su hijo Alejandro de Jesús Ovelar Ayala ingresó al Congreso gracias a sus conexiones, reconociendo implícitamente un posible caso de tráfico de influencias en la contratación.
En una declaración hoy, brindada a ABC Cardinal, Ovelar aceptó haber cometido un error al aceptar el contrato de su hijo como ordenanza «ad honorem» en el Congreso, afirmando que Raúl Latorre, presidente de la Cámara de Diputados, consultó sobre la contratación y él accedió, aunque negó haber incurrido en nepotismo.
«Cometí el error de aceptar su contrato y voy a conversar con él en el transcurso de la mañana. Él también se merece respeto», afirmó el senador, admitiendo que la emoción le hizo cometer una equivocación pública.
Al ser cuestionado sobre un posible tráfico de influencias en el proceso de contratación, Ovelar no descartó la posibilidad, admitiendo que la llamada de Latorre podría enmarcarse en esta situación. «Nosotros somos amigos, somos compañeros de equipo, somos muy amigos», argumentó el senador.
Además, Ovelar intentó aclarar sus expresiones anteriores sobre la educación pública y los docentes, indicando que hubo una «distorsión» en sus palabras y que no quiso menospreciar a los jóvenes provenientes de entornos desfavorecidos.
Este incidente ha generado un intenso debate sobre la transparencia y ética en las contrataciones dentro del ámbito público, planteando interrogantes sobre el uso de influencias y privilegios en el acceso a cargos públicos.
El senador se encuentra bajo escrutinio público y ha generado reacciones mixtas en las redes sociales, donde las críticas hacia su conducta han sido prominentes.
