Las tensiones entre Ucrania y Rusia han alcanzado un nuevo punto crítico con la incursión de tropas ucranianas en Kursk, región rusa. Con ello, Ucrania intensifica la guerra.
Videos difundidos en redes sociales, verificados por CNN, muestran a soldados ucranianos izando banderas de su país en varias localidades de Kursk. Retiran y arrojan al suelo las banderas rusas. Este avance simboliza un cambio estratégico significativo en el conflicto, con Ucrania llevando la guerra directamente al territorio del agresor. El objetivo es desestabilizar las fuerzas rusas.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, confirmó este sábado que Ucrania intensifica la guerra, pues sus tropas han penetrado en suelo ruso. Describió esta acción como una muestra de que Kiev «sabe realmente cómo restablecer la justicia». Este movimiento es parte de una operación más amplia que comenzó el 6 de agosto. Miles de soldados ucranianos, respaldados por tanques y defensas aéreas, avanzaron hacia Kursk en un ataque coordinado. Este avance ha tomado por sorpresa al Kremlin. Según un alto funcionario ucraniano citado por France24, el objetivo es «estirar» las fuerzas de Moscú y provocar una inestabilidad interna en Rusia.
La respuesta del Kremlin no se hizo esperar. Rusia afirmó haber detenido el avance ucraniano hacia tres ciudades en Kursk y ha intensificado sus ataques aéreos en varias regiones de Ucrania. Según El Mundo, la madrugada del domingo, las defensas rusas derribaron 14 drones y cuatro misiles lanzados por Ucrania sobre Kursk. Sin embargo, los restos de un misil cayeron en un edificio residencial, hiriendo a 13 personas. Además, en un ataque ruso a Kiev, un hombre y su hijo de cuatro años murieron. Zelenski condenó el uso de un misil norcoreano por parte de Rusia, calificándolo como «otro ataque terrorista deliberado».
Posible aumento del apoyo internacional
La incursión ucraniana ha generado optimismo entre los soldados y civiles ucranianos. Ven en estos avances que Ucrania intensifica la guerra, demostrando que Rusia es vulnerable. Maksim, un soldado ucraniano de 30 años, destacó que esta operación muestra que «el demonio no es tan terrible como lo pintan». Subraya que los rusos también tienen debilidades. Aunque es pronto para sacar conclusiones definitivas, el éxito inicial en Kursk podría llevar a que los aliados occidentales de Ucrania relajen sus restricciones sobre el uso de armas en territorio ruso y aumenten su apoyo a Kiev. El objetivo es ayudar a Ucrania a mantener su integridad territorial.
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